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_CURSO 2011-12

LOS OJOS DE LA PIEL: La arquitectura y los sentidos. Juhani Pallasmaa. Barcelona, Gustavo Gil, 2010


Los ojos de la piel: la arquitectura y los sentidos

Juhani Pallasmaa,Barcelona, Gustavo Gil, 2010

Juhani Pallasmaa pretende con este libro resaltar la importancia del sentido del tacto para nuestra experiencia y comprensión del mundo y empezar una discusión sobre la hegemonía del sentido de la vista. El tacto ha sido relegado al último lugar por la sociedad actual, pero él sentencia a lo largo del discurso que en realidad el resto de sentidos es una prolongación del sentido del tacto.

Apunta Pallasmaa que la arquitectura articula las experiencias del ser-en-el-mundo y fortalece nuestro sentido de la realidad y del yo, es decir, nosotros experimentamos la arquitectura de mundos que ya conocemos, no pueden ser mera invención o fantasía. Critica entonces a la arquitectura actual, por haber olvidado al resto de sentidos y haberse limitado a producir edificios meramente visuales. Éstos tratan de ser agradables a la vista, dejando de lado al resto de los sentidos, situación que con los años y las críticas ha tratado de cambiar, pero que a la vez tampoco es muy fácil.

No resulta fácil producir una arquitectura de los sentidos (como ya lo hicieran Mies Van der Rohe, Le Corbusier, Kanh , Frank Lloyd Wright o Alvar Aalto) si además tenemos en cuenta el factor contraproducente del tiempo. Ya en la cultura renacentista, se crea una jerarquía de sentidos desde el más elevado que era la vista, al más bajo, el tacto. Sin embargo,” en nuestra cultura tecnológica, se separa con más claridad aún los sentidos. Vista y oído son los socialmente privilegiados, mientras que se considera a los otros como restos sensoriales arcaicos con una función meramente privada y normalmente, son suprimidos por el código de la cultura”.

El ordenador marca una distancia entre autor y objeto. Nos convierte en un mero espectador. Esto ocurre porque se basa en la vista enfocada. Sin embargo, según pruebas médicas, la vista periférica resulta mucho más importante en nuestro sistema perceptivo y mental. Es por ello que nos sentimos forasteros ante los escenarios contemporáneos, a que se elimina la percepción preconsciente que se tiene fuera de la esfera de la visión enfocada.

Es decir, mientras que una maqueta o un dibujo a mano nos coloca en contacto háptico con el objeto o el espacio, mientras que un fotomontaje nos aparta a una función meramente de observador, no participamos del espacio que representa.

El libro se compone de dos partes: en la primera se centra en la componente visual, es un análisis a todos esos factores que determinan la arquitectura y el resto de artes que se realizan actualmente. En el segundo capítulo, vendría la respuesta al primer asalto (una autorespuesta) pues se encarga de exponer toda tu teoría sobre la experiencia sensorial y su importancia: “la vista necesita d ela ayuda del tacto, que proporciona sensaciones de solidez, resistencia y protuberancia; separada del tacto, la vista no podría tener idea alguna de distancia, exterioridad o profundidad, ni, por consiguiente, del espacio o del cuerpo” (George Berkeley, filósofo y clérigo irlandés del siglo XVIII).   Se considera que la obra de arquitectura generará un complejo indivisible de impresiones: la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright, no se experimenta a partir de simples visiones visuales aisladas, sino que es una experiencia completa. Sin embargo, el libro expresa toda su razón de ser, nos deja ver las pistas a seguir Pallasmaa en los dos últimos capítulos: Una arquitectura de los sentidos y El cometido de la arquitectura.

Merleau-Pont diría de los cuadros de Cézanne que la tarea de la arquitectura es “hacer visible cómo nos toca el mundo”. Es decir, que a partir de nuestras experiencias, nuestros conocimientos, creemos arquitectura, sin dejar de lado ninguno de los componentes que hicieron posible esa sensación.  Esto no ocurre siempre, pues no es fácil y es por ello que encontramos arquitectura de la vista, del músculo y de la piel y otras del olfato, por ejemplo. A lo largo del proceso de proyección será necesario tener en cuenta la condición humana encarnada y la multitud de reacciones instintivas ocultas en el inconsciente humano. No se trata sólo de quedarse en lo superficial, hay que estudiar el cuerpo humano, la mente.  Si conseguimos esto, conseguiremos que nuestros ejercicios de arquitectura concreten y estructuren nuestro ser-en-el-mundo, es decir, que cuando alguien conozca nuestra obra ( para ella totalmente nueva) pueda participar de ella al sentirse en cierto modo ubicada dentro de un mundo que es el suyo, que le recuerda a cosas vividas y experimentadas en momentos anteriores.

“La arquitectura nos permite percibir y entender la dialéctica de la permanencia y el cambio para establecernos en el mundo y para colocarnos en el continuum de la cultura y del tiempo”. Expresa el cambio, el tiempo actual, la cultura, los pensamientos y razones y no sólo eso, sino también los olores, los gustos o las texturas que surgen a lo largo del tiempo. Es como decir que la arquitectura será el nexo de unión entre el “yo” y el “mundo” a través de la experiencia de los sentidos.

“El sabor de la manzana está en el contacto de la fruta con el paladar, no en la fruta misma”, Jorge Luis Borges.

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